El 11 de marzo de 1973 y el fin de la proscripcion del peronismo
Un día de esperanza que se ahogó en polvo y sangre
Un día de esperanza que se ahogó en polvo y sangre
Fue un día inolvidable. Y fue también uno de esos extraños momentos, aunque frecuentes en la historia contemporánea, en los que el país parece dejar de lado el pasado, los rencores y la sangre para mirar de frente ese desafío nunca asumido al que llamamos porvenir.
El peronismo iba a volver al poder. No había posibilidad de que fuese derrotado en las urnas. El 11 de marzo de 1973, catorce millones de argentinos se dispusieron a votar en las primeras elecciones libres, esto es sin el peronismo proscrito, en más de dos décadas . Lo único que restaba por saber era si Héctor J. Cámpora iba a ganar por el cincuenta por ciento de los votos o debería hacerse una segunda vuelta electoral.
Cámpora era el delegado de Juan Domingo Perón, imposibilitado de ser candidato por una cláusula de residencia impuesta por la dictadura militar de Alejandro Lanusse; el candidato encarnaba el símbolo del Frejuli, una alianza con nombre de jarabe para el resfrío que incluía a varios partidos y agrupaciones políticas. La Juventud Peronista lo había convertido en “El Tío”, el hermano de “El Viejo” Perón, el Padre de esos chicos, el Padre Eterno, como le gustaba definirse al anciano general. Entre tantos eslóganes brillantes de la época, uno hizo historia y no necesitaba interpretación: “Cámpora al Gobierno, Perón al poder” , que hoy aparece reivindicado en los afiches del oficialismo. Otro cantito premonitorio pasó también a la historia de la picaresca política: “Lanusse, Lanusse / mirá qué papelón / habrá segunda vuelta / la vuelta de Perón”. Y así fue.
Perón había regresado al país el 17 de noviembre de 1972 para poner fin a casi dieciocho años de agitado exilio. La propaganda oficial de entonces auguraba: “Perón, prenda de paz para todos los argentinos”. El futuro gobierno de Cámpora gobernaría sin dramas, pondría fin a los violentos años que lo habían precedido y al accionar de la guerrilla peronista Montoneros, de la trotskista ERP y de los grupos parapoliciales y militares responsables de las primeras “desapariciones” de la época. Perón sería casi un embajador de buena voluntad de la Argentina hacia el mundo. El país, por fin, iba a levantar cabeza.
Cámpora no obtuvo el cincuenta por ciento de los votos aquel 11 de marzo. Ganó por el cuarenta y nueve por ciento. Su principal rival, el radical Ricardo Balbín se apuró a reconocerlo como presidente electo
https://diasdehistoria.com.ar/content/el-11-de-marzo-de-1973/
http://www.jdperon.gov.ar/2011/03/11-de-marzo-de-1973-campora-al-gobierno-peron-al-poder/
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